sábado, 4 de enero de 2014

SANTIAGO



¡Qué frio hace!-Pensaba Santiago mientras su madre le arrastraba de la mano por las calles del casco viejo, de tienda en tienda en una carrera que a Santiago no le agradaba lo más mínimo.
Cómo ya sabía que los reyes eran los padres, su madre no tenía que dejarle con los abuelos y comprar los regalos a escondidas. Al menos los del resto de la familia aunque esta tampoco estaba muy contenta con la nueva situación.
-¡Vamos Santi!, ¡no te separes Santi!-no paraba de repetir-. Mira Santi aquí igual vemos algo para Cynthia, pero ¿me guardaras el secreto verdad?
-Si mamá -contestaba Santiago al que le quedaba rescoldo de enfado por la traición paternal de ser unos  magos de oriente muy poco orientales-.

Las calles del casco viejo son un hervidero de gente que va y viene en navidad, los comercios abren sus puertas hasta altas horas de la tarde y las luces que engalanan  las  calles les confieren a estas un ambiente mágico; la navidad siempre había sido la época del año que más había gustado a Santiago, pero este era el primer año de saber la verdad; de momento no parecía tan doloroso como había pensado en un principio; lo que sí que le dolían eran las muñecas.
-¡Suéltame mamá me vas a sacar  una mano!
-Bueno; pero no te separes Santi, ¡mira que si te pierdes!
-¡Qué no mamá! ¿No dices que soy mayor?

La turronería de Iváñez es un negocio que lleva en Bilbao desde muchísimo antes de que Santiago naciera, incluso desde mucho antes de que su madre naciera, concretamente desde 1860 aquí en la calle Correo justo en frente de la puerta trasera de  la catedral de Santiago, la que da al claustro, pero esto Santiago, nuestro Santiago no lo sabe, aún no.
El aroma del turrón hizo que de pronto el tiempo se detuviera, impregnaba todo el ambiente al pasar por la puerta de aquella tienda que a Santiago le pareció llena de magia, dio un paso al frente y se vio dentro de la  tienda mirando aquellos estantes llenos de dulces y exhalando aquel aroma por encima de la bufanda de rayas granates y grises, olía como su casa la noche de navidad. ¡Sería maravilloso ser el hijo de los dueños de esta tienda! ¡Siempre oliendo a navidad! En la calle se oyó un revuelo de gente, dentro la magia continuaba.

De Pronto Santiago recuerda que tiene una madre y un escalofrío le recorre la medula espinal y siente un vahído que casi le hace caer, sus pequeñas botas “Kickers” vuelven sobre sus pasos y le llevan a  la calle. Una ráfaga de aire frio le golpea en la cara y al contraste con el calor del interior de la turronería siente otro nuevo escalofrio que se ve agravado por una profunda sensación de desamparo. No puede llorar, no puede gritar, está bloqueado. ¿Dónde está mamá?
De pronto e inconscientemente su cuerpecito inició la carrera; una carrera desesperada de apenas unos metros en busca del amparo de la catedral.

Como ya dije  frente a la citada turronería se encuentra la puerta del ángel, también llamada puerta de los peregrinos que da acceso al claustro de la catedral de Santiago.
Cuando el niño de diez años atravesó el portón Juan salió de su absorto trabajo de conservación de los belenes que allí se exponen todas las navidades. Ya se habían marchado los visitantes y pese a que la gente en general es bastante respetuosa siempre hay algún musgo que recolocar o alguna figura que retocar y en eso estaba cuando entró Santiago.
Vio ante sí a un niño asustado, jadeante y le invadió un gran sentimiento de compasión. Juan no había tenido hijos porque tampoco se había sabido relacionar con el otro sexo, nunca había conseguido que nadie se enamorara de él. Así que lo miró como al hijo que nunca tuvo.

 -Hola pequeño -dijo intentando no asustarle-¿Te has perdido?, pareces asustado; ¿Dónde están tus padres?-Al formular esta última pregunta se dió cuenta de que igual iba muy deprisa y que sus palabras podían tener un efecto contrario al deseado.
Santiago se rasco su rizada y pelirroja pelambrera, una lagrima que le corrió entre las pecas de su rostro se niño travieso asomó a sus asustados ojos azules.
-Mi madre… la he perdido…no sé donde está.
Juan se caló la boina, dejó  junto a la mula un niño Jesús que estaba limpiando, avanzó los escasos diez metros que le separaban de Santiago, se agachó ante él, le subió los cuellos de la trenca, secó las lágrimas con un clínex  y le preguntó:
-Hola hijo, ¿Cuál es tu nombre?
-Santiago -respondió un poco receloso-.
-No tienes nada que temer, estás a salvo, ¿Te has perdido?
El pequeño recordó las cosas que había oído en las noticias de hombres mayores que hacen daño a muchachos como él y todo su cuerpecito de niño de diez años se sacudió en un temblor y retrocedió un paso y clavó sus ojitos asustados en Juan, que era ya suficientemente viejo para que su cabeza  pobre en pelo pero rica en experiencias comprendiera perfectamente la situación.Dijo en un intento de calmar al niño:

-Yo soy Juan. Juan Garrido, para servirle a usted señorito y soy miembro fundador de la asociación belenista de bizkaia. Cuido la exposición para que todo esté perfecto.Yo solo… -dijo y soltó un suspiro-
- Vamos a buscar a tus padres, cuéntame donde te has perdido.
Lo cogió por el brazo y lo acercó a una pequeña estufa que Juan tenía en un rincón, junto a una columna de estilo gótico, Santiago empezaba a estar más tranquilo. Narró entonces lo sucedido incidiendo en que fue su madre la que desapareció de repente y no él el que se  había dejado arrastrar por el olfato al interior de  la “turronería Ivañez” desobedeciendo a su madre y despistándose por completo.
Por supuesto Santiago no tiene el número  de teléfono de su madre, tampoco el de casa.

En la calle Correo un agente de la policía municipal conversa con una mujer visiblemente alterada, es joven y bastante atractiva aunque su rostro revela que ha llorado bastante, los rayos del sol invernal  refleja  destellos en sus humedecidos ojos de color almendra.
-¿Y dice usted que estaba mirando escaparates con su hijo y de repente se extravió?
-Así fué.No sé cómo pudo pasar, pero de pronto ya no estaba, ¡mi hijo, Dios mío! ¿Dónde estará? Miró a su alrededor, al fondo toda la calle Correo preñada de tiendas; había escrutado el interior de todas, una a una en busca de Santiago, se asomó a la vieja turronería, tampoco aquí. Las luces navideñas, iluminaban la noche, ¿cómo estaría Santiago?, sintió estremecerse cuando le golpeó la culpa, había perdido a su hijo.
Miles de ideas y todas malas se agolpaban en su mente ya claramente sobrepasada por la situación; tenía que avisar a su marido. ¿Cómo se lo iba a contar?, ¿Cómo había sucedido?, se quería morir de repente y escapar de esta pesadilla y máxime cuando la policía le comunico que le ayudarían en una primera búsqueda pero que hasta que no trascurran cuarenta y ocho horas de la desaparición no se puede denunciar y ellos no pueden iniciar una búsqueda oficial, que tendría que irse a su casa y esperar
-¡Cuarenta y ocho horas! ¡Dios mío! ¡Esperar, me voy a volver loca! Tenía que llamar a casa y…
En el centro de la calle, sola, la mirada fija en el portón del Ángel con un zapato con el tacón roto en la mano y preguntándose si Santiago estaría muy lejos, Mil y una veces  martilleando su cabeza, ¿Dónde estará?, ¿Cómo sucedió?

Las palabras de Juan consiguieron tranquilizar a Santiago que tomó un chocolate que le ha hecho con sus duras y viejas manos en la sacristía
-No creo  que al párroco le moleste-había dicho-es por una buena causa y además ¿quién le iba a negar nada a aquella carita angelical que dejaba volar ahora su imaginación mirando absorto los belenes?; Juan ya había llamado a la policía y pronto vendría mama a buscarle.

-Mira Santiago: Los reyes magos que van a adorar al niño Jesús…
-Pero los reyes magos no existen, es mentira, son los padres-refutó Santiago con sequedad-
-Bueno, si…, no sé…
-Los reyes son los padres que hacen las compras en el casco viejo o en el corte inglés y que además pierden a sus hijos, es un fastidio la navidad…
En el exterior María mira nerviosa su Rolex, las lagrimas han vuelto a sus mejillas.Ya se lo había comunicado a su ex que no se lo tomó nada bien; muy al contrario ¡le ha echó una bronca de cuidado!
-Eres una irresponsable -Había dicho, y-Voy a hablar con mi abogado para reclamar un cambio en la custodia.-amenazó-
Se siente aún más sola con un vacio en el centro del alma cuando se le acerca un agente.

-Sabes que la navidad es una ilusión, una ilusión para los niños que la fabrican los padres, un tiempo en que parece que volvemos a ser humanos, niños con los sueños que perdimos por el camino….
-Pero…-dijo Santiago-
-Es posible que todo sea mentira, que ni Jesús naciera en un pesebre y que no hubo estrella que guiara a los Reyes magos, que nos serían magos, ni siquiera fuera hijo de Dios. Mira Santiago el ser humano ha perdido la magia en una suerte de números y obligaciones. La magia aún vive en la navidad, la magia de volvernos niños, no lo olvides durante toda la vida. Respecto a tus padres…

En ese momento se abrió la puerta de Los Peregrinos y como una aparición angelical la madre de Santiago; María, apareció coja, sin un zapato pero con el rostro iluminado, sus ojos color almendra brillaban con el fulgor de un millón de lagrimas. Esta vez lagrimas de felicidad.
Santiago corrió a abrazarla y al apretar contra él prominente y conocido pecho dijo:
-¡Mamá te quiero mucho!

miércoles, 14 de agosto de 2013

NEVERMORE (ELOGIO A EDGARD POE)




NEVERMORE (ELOGIO A EDGARD POE)

Hallabamé yo sentado al calor de la chimenea de mi  residencia  invernal,  en  la pequeña loma  de Akorda, justo a 400metros  por encima del mar Cantábrico  disfrutando de un brandy 1886 ,cuando el cansancio  producido por un acuciante día de trabajo de un hombre de negocios, me llevó con su mano ligera hacia un sueño  profundo que resultó ser el inicio  de un viaje…..
Desperté sobresaltado al sonido de la copa que de mis manos cayó al suelo, haciéndose un millón de pedazos, pero el sobresalto se convirtió en pánico cuando  mis ojos me trasmitieron una  verdad que a la postre acabaría siendo trágica: Estaba  en un salón que no era el mío y en una casa en la que no era la mía, un lugar extraño y plagado de  húmedas corrientes de un gélido aire que me empezaba a aterir los huesos.
Pensé estar soñando sentado en aquel canapé de piel, frente una chimenea  en la que el fuego crepitaba nervioso, pareciendo querer escapar de aquellas paredes de piedra de sillería. Las ventanas eran de madera maciza y el polvo y las telarañas le conferían a la estampa un ambiente aún más tétrico, yo no habría elegido este lugar para conocer el secreto que  tanto ha atormentado a la humanidad a través de los siglos. Frente a mí, junto a la chimenea mirándome inquisidora, una estatua de Palas, dios griego de la sabiduría (confieso que por una casualidad de esas que a veces se dan en la vida yo había leído un artículo que versaba sobre como Atenea cosió la Égida  en la revista National geographic  del último mes).
A estas alturas mi estupefacción había alcanzado  unas dimensiones gigantescas, que  ni de lejos eran nada comparadas con lo que me quedaba por ¿vivir? Frente a mí, sobre una mesa  rustica posados un juego de ajedrez en el  cual  una dama, un peón y un alfil negros daban jaque mate al rey blanco; junto al ajedrez una botella de “Petrus1995” y dos copas.
—No lo pienses, es el vino más caro que un mortal puede probar y la partida está a punto de acabar, toma un trago, eso te hará sentir mejor.
Mi corazón dio otro salto mortal en mi pecho y mi respiración que  estaba a punto de detenerse para siempre se tornó ardiente como el simún, ese “Viento rojo que sopla atravesando el Sahara “A mi derecha y  un paso por delante de una imponente puerta de roble macizo que proporcionaba el acceso a la estancia en la que me encontraba, apareció, o por lo menos yo no había reparado en él un hombre de unos cuarenta y cinco años, no sabría decir bien,  moreno, lucía un pequeño bigote sobre su labio superior y coronilla en su despeinada y sucia cabeza. Su aspecto  de demente se veía agravado por sus ropas; viejas y raídas que de seguro no eran de su talla.
― ¿Qué?, ¿Quién eres?, ¿Dónde estoy?....; miro nervioso a aquel hombre que apesta a alcohol. ¿Qué ha pasado?

—Bebe, bebe sin miedo y no tengas miedo a la resaca, que eso ya no es para ti. ¿Sabías que  las penas de lo  físico se alivian al liberar las cadenas que nos atenazan durante el transito del alma al éter?
Yo miraba atónito a aquel espectro que me hablaba como si los vivos y los muertos podrían departir amigablemente compartiendo vino caro sin acabar, el vivo claro está, loco de atar. El miedo me hacía sudar frío y las corrientes de aire anegaban de humedad mi respiración.
―¿qui..qui..quién eres? acerté a decir con un hilo de voz.
Nací como Edgard Poe y algún año más tarde tomé de  mi benefactor John Allan su apellido ", aunque a decir verdad él nunca me lo dio  y por ello morí en la ruina. Aun así  le estoy agradecido. Me arrastré en vida como el espectro que ahora soy , escribí no pocos cuentos y poemas, algunos de ellos incluso han sido aclamados por los expertos que tanto aborrece este alma, que si bien halló alivio a sus dolores mortales al unirse a la prole de Caronte, los más profundos , los del alma me acompañaron a esta orilla inmutables resonando como un eco en el vacío de la no vida. Amé a dos mujeres, Sarah y Virginia y quizás la primera estuvo siempre  entronizada en lo profundo de mi corazón. Yo era un pozo de dicha ante mi inminente boda con Sarah; mi dulce niña…..Ella quería que dejase mis malos hábitos y yo estaba tan feliz que a fe que lo intenté, pero el alma azorada se conduce irremediablemente hacía el abismo….
—Mi decisión de contraer matrimonio era firme; me entusiasmaba volver a unirme con Sarah, aquel reencuentro fue una inyección de  endorfinas. Mi alma había recuperado las ganas de volar y ser feliz. Pero aquella tarde ella me dijo que se echaba atrás; que no que no quería casarse, las mujeres siempre tienen que pensarlo todo dos o... tres veces y hacer lo que otros esperan de ellas. Mierda ,mi alma se resquebrajó como lo hace una hoja de arce pisoteada en el suelo de los jardines del  Washington collage hospital. Esa fue mi última visión, ese jardín ,luego mi alma emprendió el viaje.
A estas alturas el miedo ya había desaparecido y me empezaba extrañamente a apreciar la conversación de aquel que decía ser el genial escritor norteamericano.
—Los perros que habitan las calles de Baltimore fueron testigos mudos de mi delirio, y por esas calles vagué y de ellas me recogió mi buen amigo James ; él me encomendó a Dios.—siguió narrando ,y a cada palabra su rostro reflejaba más sufrimiento.
―Pero Dios  no ha existido ni existirá jamás, ¡ninguno! Fue la propia naturaleza la que se creó a sí misma y será solo  la naturaleza quien  todo lo destruirá; el ser humano; que es parte de ella se encargará de hacerlo con este minúsculo rincón  que habita dentro del vasto universo. ¡Ese será el auténtico apocalipsis.! Por eso las plegarías del buen James no fueron escuchadas y por eso yo me refugio en este castillo ―Llamado Du na Sead―, como otros se refugian en otros miles de lugares distintos. La legión de los muertos es infinita. Entregué mi vida al láudano y al violento oficio de escribir; mi alma enfermó y solo el amor pudo acaso aliviar sus heridas  por momentos. Pero fue ese mismo amor quien me empujó a la fosa y echó tierra sobre ella.
Yo lo miraba aterrorizado no podía creer lo que estaba viviendo; el espectro del más genial de los escritores de cuentos de terror, me tenía aterrorizado en el interior de un castillo en Baltimore (Irlanda), no en Baltimore (Maryland), yo ya no podía pensar, no podía respirar, me quería morir….
―Pero ha llegado el momento de cumplir con la misión de acompañamiento que me corresponde.
—¡Bebe!― Gritó repentinamente  señalándome la copa. Era la primera vez que alzaba tanto la voz y sobrecogido por un pánico atroz  tomé un sorbo de  aquel  burdeos que se derramo por mi lengua ,explotando en  aromas de roble y frutos rojos  a la sombra de mi paladar y cayó en cascada por mi garganta para trasmitir un cálido aliento  en mi vientre. Me resultó sublime y pronto empecé a sentirme tremendamente ligero, mis pies se despegaron de la alfombra y vi como Edgard Poe  también comenzaba a levitar.
—Es el momento ―dijo― has de pensar un lugar donde repose tu alma toda la eternidad.
Me vino a la mente aquel castillo a la orilla del río Butrón, del cual tomó su nombre. De pronto el estupor y una sensación de no retorno se apoderó de mí.
—¿Reposar mi alma?—Acerté a preguntar con un hilillo de voz entrecortado
—Ayer se te paró el corazón; la vida moderna, el stress…..
—¿Cómo, un infarto?, ¿Y mi mujer?, ¿Mis hijos?, no me he despedido, ¿No volveré a verlos?
—NUNCA MÁS.
—¿y mis cosas? , ¿Mis amigos?
—NUNCA MÁS
—¡No es justo!, con la voz definitivamente quebrada grité: ¡Quiero vivir!
En ese momento un cuervo negro como el abismo en el que ya se ahogaba mi alma ,entró por la ventana yendo a posarse sobre la estatua de Palas y la voz de Poe sonó más profunda aún :
—NUNCA MÁS

martes, 30 de julio de 2013

CARTAS DE AMOR PARA LA SEÑORITA ÁFRICA


Estimada señorita África:Sería casi imposible que usted se acuerde de mí, ¡tantos niños habrán  pasado por sus manos! Yo la verdad de su aspecto físico apenas tengo un vago recuerdo velado por la cortina del tiempo, ya sabe que los de aquellos tempranos años de nuestra edad   aunque  cruciales para nuestro desarrollo como personas, también suelen ser difusos.Ahora me viene a la memoria dichos  recuerdos de una infancia  feliz que luego se fué turbando conforme iba despertando a la vida real. Recuerdo aquella mañana, cuando la ví por primera vez; debía de ser mediados de septiembre; mi madre y mi hermana me acompañaron a mi primer día de clase, el bautismo de fuego.
Aún perfuma mi mente el olor del aula donde nací al conocimiento, todavía resuena en mis oídos  el crujir de la madera apolillada y descolorida del suelo al saltar y correr de su ejército de infantes, el mas fiel soldado: un servidor; y allí detrás de su mesa de madera con patas metálicas reinaba usted:


-Hola niños soy la señorita África.África…,este nombre evocaba en mis pueriles ensoñaciones  las bastas sabanas que veía en los documentales o la libertad de la que pensaba yo disfrutaban leones, tigres, gorilas….. ninguno de ellos tenía que ir a clase; pero ninguno de ellos la conocería nunca, señorita África.

Como quien lanza un al mar un mensaje  dentro de una botella esperando que en alguna remota cala alguien lo reciba, lanzo yo esta epístola para que las olas cibernéticas  y una suerte de azares un día la lleven a arribar a su playa para hacerle saber que usted fué mi primer amor.

Yo ahora señorita África; me encuentro postrado en una  cama esperándole a la muerte; mi vida no fue para nada ejemplar: he robado, extorsionado y mandado matar; ¡Cuán estúpidos nos hace el egoísmo! En el  horizonte donde debía de haber rojos pastel de atardecer solo asoman  las oscuras nieblas de la  noche. Emprendo el viaje a lo inmenso y yo, señorita África –Que me perdone mi adorada madre-, me acuerdo de usted.

Tengo tres balas alojadas en mi cuerpo así que me queda poco tiempo y menos fuerzas y ya vé señorita  África, ahora comprendo que las personas como usted protegen al mundo de personas como yo.No hay más que decir; la luz ya me está llamando, adiós mi amada señorita África. 

lunes, 17 de junio de 2013

Presentación del blog

Hola, sabeís que ayer presencie como el inspector Lestrad .-Si, aquel que parecía un poco torpe  en las novelas de Sherlock Holmes-, resolvía un asesinato en 750 palabras, y que anteayer viajé al centro del universo donde se estaba librando una gran batalla por la paz interplanetaria.
Lo sé viajo mucho, es verdad  y lo hago por oficio, si, por mi oficio de escritor.

Mi nombre es  Marko y vivo en la capital del universo, o sea en Bilbao, tengo cuarenta y un años; si te preguntas porque hago esto te contaré que a veces la cabeza y el corazón me hacer bor-bor al unísono y lo que allí se cocina lo sirvo en el plato del papel para calmar el hambre creativo de mi alma.

En este blog iré dejando algunos microcuentos y otras reflexiones que vayan surgiendo y como soy y siempre seré un aprendiz de este viejo oficio espero vuestros comentarios, criticas y porque no aplausos.
Nos vemos aquí a mil millas de  toda tierra habitada.

Capsula espacial

-Capsula  espacial “Leonardo Da Vinci XXII” 12 de Agosto de 2056, orbita de Keppler 22b constelación Cygnus a 587 años luz de la tierra.
-Temperatura actual: -11 grados centígrados en el  exterior de la nave, 21 grados centígrados  +-1,5 en la superficie planetaria.
-Solicitamos permiso para iniciar maniobra de acercamiento.
-Atención capsula espacial: Le habla el comandante de la misión; tiene permiso para iniciar la maniobra.
-Tenga  mucho cuidado hijo, tenga presente que no sabemos muy bien lo que se va a encontrar ahí abajo, y recuerde que está usted haciendo historia!! El mundo le está observando!!
-Mi posición actual es  de 36576 kilómetros de altura sobre la superficie de Keppler 22b, inicio maniobra de acercamiento. En aproximadamente dos hora alcanzaré la atmósfera de planeta.
Los pensamientos se agolpan en mi cabeza; cuando dejé la estación espacial permanente decidimos por cuestiones técnicas  que fuera yo solo en esta capsula y a mí se me hinchó el ego con la idea de ser el único humano que trabaría contacto con la más que probable existencia de vida inteligente el Keppler 22b,Pero ahora, aquí a 600 años luz de mi casa, de mi familia, de mis amigos, siento miedo. Y si  me reciben con hostilidad…, lo cual en caso de los humanos sería lo más probable.
Y si todos los cálculos resultan ser erróneos y esto  se convierte en una tragedia, que va ha ser de los míos ,oh Dios no me abandones ahora, sé que nunca he sido muy religioso pero en el fondo siempre he creído en tí…! necesitaría a alguien a quien abrazar…
-Atención capsula espacial “Leonardo Da Vinci XXII”:Le habla su comandante, en poco más de diez minutos usted  entrará en la atmósfera de Keppler 22b, como usted bien sabe esta en ese momento se encontrará a 9600 km de la superficie planetaria y la fuerza gravitatoria empezará a crecer conforme se vaya usted acercando hasta ser en la superficie planetaria 1.6 veces mayor que la tierra.No olvide tomar la medicación anti mareos.Recuerde que la humanidad entera está pendiente de usted. Estamos orgullosos, Suerte.
Creo que me equivoqué al aceptar la responsabilidad ,tengo miedo. ¿Y si algo falla?.
Tengo que centrarme en la misión, veamos: descenso según lo programado, altitud 640 kilómetros, debo de estar en lo que en la atmosfera de la tierra sería la Ionosfera, fuera la gravedad ya debe de ser como en nuestro planeta, el reloj me dice que allí son las cinco de la tarde; mi hijo estará saliendo ahora de la escuela....
Tengo que tomar las pastillas, es el momento, pronto estaré sobre la superficie de Keppler 22b; yo solo; el resto de la humanidad al otro lado del televisor....
ochenta kilómetros a la superficie, las medidas de oxigeno son normales, los datos enviados por las sondas son correctos, todo normal, la nave sigue descendiendo y la adrenalina secretada por mis glándulas suprarrenales aumenta exponencialmente ,ritmo cardiaco en aumento, sudor frio;: cuarenta y cinco kilometros. Dios no me abandones ahora!!
Maniobra de acercamiento  frenado de motores propulsores, motores antigravitatórios potencia mínimas  ,tomando suelo en Keppler 22b, la maniobra ha sido un éxito!!!
Cinco minutos despué s la radio rompe el inmenso silencio y mis pensamientos:
Atención capsula "Leonardo Da Vinci XXII", ¿estás bien?, hemos perdido la comunicación, adelante Roberto contesta por favor. Roberto ¿Va todo bien?.
-Si, si va todo bien. Estoy preparando el equipo para el paseo planetario .Solo un problema, no funciona la cámara  que tengo adosada al traje por lo que tendré que utilizar una  de mano; esto me restará movilidad pero será un pequeño contratiempo sin importancia.
En este momento vienen a mi cabeza Laura y el pequeño, tengo ganas de dar un paseo con mi familia por el parque  de jugar al basket con Jon, de hacerle el amor a mi mujer.
-Bien todo está listo; tengo el traje de tránsito ajustado, la primera comprobación será ver si la calidad atmósfera me permite respirar sin su ayuda. Acciono el pulsador de apertura de la puerta principal. Ha llegado el momento!!
Ahora pienso en la gente que estará viendo la tele y en lo orgullosos que deben de sentirse los míos. Mi Padre ha vivido para  contarlo. Seré el primer astronauta que clava en un planeta la bandera de las Naciones Unidas.
La puerta está completamente abierta. Ante mi se muestra un cielo azul con tonos rojizos como un bello atardecer en la tierra .Me dispongo a poner el pie en keppler 22b.....
-Otro gran paso para la humanidad!!!!
-Me dispongo a dar el primer.....Oh Dios mio que es eso!?!?...piiiiiii
-Atención keppler22b, hemos perdido la comunicación tanto de audio como de vídeo;¿qué ha pasado?

-Atención Roberto Gómez ¿nos recibe?.No hay respuesta ,el protocolo marca mandar mensaje de intento de comunicación cada dos minuto durante veinticuatro horas, si no hay respuesta avisar a la familia.

Del alma al papel

Sucede amigos míos en el reino de Edrielle, allá donde siempre sopla el viento de naciente, desde tiempos inmemoriales que de tarde en tarde las musas que huelgan en sus calas de finísima arena blanca son tocadas por un rayo de sol y cuentan que es así como brota  la maravilla del alma del poeta. 

Pero este maravilloso y lejano lugar no siempre fue accesible a los hombres, seguidamente os contaré la historia del pionero.
En uno de aquellos días ya olvidados y polvorientos como libros amontonados en estanterías de una vieja librería, hallábase sentado bajo un viejo sicomoro un joven de nombre Jorge. Y miraba Jorge titilar a una estrella que colgaba del manto del cielo nocturno de aquel su lugar. Y pensaba Jorge que palpitaba el lucero como lo hacía su corazón henchido del amor de aquella la que era su hermosa compañera y que brillaba la perla del firmamento como ahora brillaba su alma.

Y sucedió que sobrevoló aquel lugar un hermoso ave fénix y sucedió que dejó caer una  de sus bellas plumas , que esta fue a parar junto a Jorge, y  tomóla el muchacho y practicose con un cuchillo que usaba para tallar el boj, un tajo en la palma de la mano y con la punta de la pluma mojada en su propia sangre sobre una piedra, dio rienda suelta Jorge a lo que le dictaba su corazón.

Y fue así como nuestro joven Jorge, que luego fue cazador de dragones, dio a luz al primer poema.

Y yo que soy muy viejo así lo puedo atestiguar...

En el centro del universo

Tras aquella puerta de madera negra maciza  se hallaba el  salón del Gran Reloj donde cada año dura un día. Por fin  mi alma aventurera urgida por la gran guerra  a nivel interplanetario se hallaba en la antesala del centro del tiempo, el alma de todo conocimiento con sus 300 millones de libros según cuentan las crónicas, era cuestión de girar aquel pomo dorado , allí se me había encomendado entregar la tablilla del tiempo parte del trío del equilibrio eterno  del universo.
Un fino  haz de luz atravesaba  la puerta entreabierta, del interior  se filtraba una sutil música de reloj, tic tac, tic tac…. Había viajado a través del universo  en una odisea que me trajo  hasta aquí. ¡Tan lejos de casa!, ¿Cómo me embarqué en ella? , apenas lo recuerdo….Miré otra vez aquella robusta puerta, debía medir al menos tres metros de alto y dos y medio de ancho y me dije:
-¡Ya!,  posé  la mano sobre  el pomo tallado finamente y la puerta comenzó a abrirse sin necesidad de ejercer fuerza alguna sobre ella. Se descubrió  entonces ante mí una maravillosa habitación sin paredes y un suelo embaldosado  de damero. Miles de libros colgaban del ¿cielo?; bueno podríamos así decirlo…
-Elije uno- dijo una voz proveniente del frente de la habitación.-Pronuncia el nombre de tu libro favorito. -Era un ser parecido a un gnomo pero yo siempre había pensado que los gnomos eran producto de la imaginación humana. Estaba sentado en un escritorio de madera noble frente a mí
-“El principito” de Antoine de saint Exupery , dije e inmediatamente de entre las nubes de libros salió  y se posó en mi mano un bonito ejemplar de dicha obra, “con ilustraciones del autor “ ponía en la cubierta, pero no eran las que yo conocía.
- Las hizo el maestro  después de “desaparecer” con su avioneta; hoy es parte de nuestro  Senado. Por cierto mi nombre es  G-armand y sí, soy un gnomo .Se bienvenido Salón del  Gran Reloj. Atravesaste el “horizonte de sucesos”, estuviste en Kepler y Astra, recogiste la tablilla del tiempo, parte del  trío espacio, conocimiento, tiempo que devolverá el equilibrio y la paz al gran  universo.
Junto a él se hallaban dos seres que me costaría describir , uno de aspecto humanoide y rasgos anfibios en el rostro y el otro un androide que no levantaba más de medio metro  , un solo brazo y  que emitía sonidos metálicos. Extrañamente le entendía  a la perfección.
-Este salón posee la virtud de la traducción infinita , yo te estoy hablando en  G’hez, mi lengua materna y tú me entiendes en la tuya; no hay otro lugar en el universo donde esto suceda.
-Ellos son Darmond – dijo señalando al humanoide, proviene  de Uth y  rescató la tablilla del  espacio en la ínsula de Dordoka , tuvo que atravesar la tundra de Loos y el paramo  de la estrella muerta en  la constelación del cisne .El robot  es  342htj y su morada esta en el subsuelo de Arneb, un planeta dominado por lo que vosotros conocisteis como dinosaurios. El  rescató en Alpha  lobo la tablilla del conocimiento. Ahora  juntaremos las tres para restablecer el equilibrio, para traer la paz .Seguidme!
Se levantó del escritorio y nos hizo un  gesto   solemne  para que le siguiéramos. Paseamos por aquel damero  bajo el techo de cielo azul , nubes blancas y libros  flotantes, bajamos  trece escaleras también de damero y llegamos a un patio interior en cuyo centro reinaba una hermosa  fuente con aguas color esmeralda que brotaban de la boca de siete leones de lo que  podría ser mármol . En el centro de la fuente  tres marcos tallados del tamaño de las tres tablillas.
Sentí el peso de miles de estrellas sobre mis hombros, y  que millones  de ojos y otros ingenios para ver me estarían observando.
-Y ahora ¿Qué debemos de hacer?  .  pregunté nervioso.
-Colocareis las tablillas por el orden establecido: Espacio, conocimiento y tiempo. El  año que viene tal vez  el equilibrio y la paz vuelvan a nuestras vidas  y la armonía entre especies y androides nos  guie  como siempre  durante milenios. Proceded!!

Darmond colocó su tablilla y acto seguido del mismo modo procedió 342htj; era mi turno. Me arrodillé y pensando en los amigos que esta absurda guerra me había arrebatado inserté la tablilla junto a las otras dos. Una inmensa luz me cubrió  por completo, estoy en el patio de mi casa, gotas de lluvia sobre mi cabeza