Hola, sabeís que ayer presencie como el inspector Lestrad .-Si, aquel que parecía un poco torpe en las novelas de Sherlock Holmes-, resolvía un asesinato en 750 palabras, y que anteayer viajé al centro del universo donde se estaba librando una gran batalla por la paz interplanetaria.
Lo sé viajo mucho, es verdad y lo hago por oficio, si, por mi oficio de escritor.
Mi nombre es Marko y vivo en la capital del universo, o sea en Bilbao, tengo cuarenta y un años; si te preguntas porque hago esto te contaré que a veces la cabeza y el corazón me hacer bor-bor al unísono y lo que allí se cocina lo sirvo en el plato del papel para calmar el hambre creativo de mi alma.
En este blog iré dejando algunos microcuentos y otras reflexiones que vayan surgiendo y como soy y siempre seré un aprendiz de este viejo oficio espero vuestros comentarios, criticas y porque no aplausos.
Nos vemos aquí a mil millas de toda tierra habitada.
lunes, 17 de junio de 2013
Capsula espacial
-Capsula espacial
“Leonardo Da Vinci XXII” 12 de Agosto de 2056, orbita de Keppler 22b
constelación Cygnus a 587 años luz de la tierra.
-Temperatura actual: -11 grados centígrados en el exterior de la nave, 21 grados
centígrados +-1,5 en la superficie planetaria.
-Solicitamos permiso para iniciar maniobra de acercamiento.
-Atención capsula espacial: Le habla el comandante de la
misión; tiene permiso para iniciar la maniobra.
-Tenga mucho cuidado
hijo, tenga presente que no sabemos muy bien lo que se va a encontrar ahí
abajo, y recuerde que está usted haciendo historia!! El mundo le está
observando!!
-Mi posición actual es
de 36576 kilómetros de altura sobre la superficie de Keppler 22b, inicio
maniobra de acercamiento. En aproximadamente dos hora alcanzaré la atmósfera de
planeta.
Los pensamientos se agolpan en mi cabeza; cuando dejé la
estación espacial permanente decidimos por cuestiones técnicas que fuera yo solo en esta capsula y a mí se
me hinchó el ego con la idea de ser el único humano que trabaría contacto con
la más que probable existencia de vida inteligente el Keppler 22b,Pero ahora,
aquí a 600 años luz de mi casa, de mi familia, de mis amigos, siento miedo. Y
si me reciben con hostilidad…, lo cual
en caso de los humanos sería lo más probable.
Y si todos los cálculos resultan ser erróneos y esto se convierte en una tragedia, que va ha ser
de los míos ,oh Dios no me abandones ahora, sé que nunca he sido muy religioso
pero en el fondo siempre he creído en tí…! necesitaría a alguien a quien abrazar…
-Atención capsula espacial “Leonardo Da Vinci XXII”:Le habla
su comandante, en poco más de diez minutos usted entrará en la atmósfera de Keppler 22b, como
usted bien sabe esta en ese momento se encontrará a 9600 km de la superficie
planetaria y la fuerza gravitatoria empezará a crecer conforme se vaya usted
acercando hasta ser en la superficie planetaria 1.6 veces mayor que la
tierra.No olvide tomar la medicación anti mareos.Recuerde que la humanidad
entera está pendiente de usted. Estamos orgullosos, Suerte.
Creo que me equivoqué al aceptar la responsabilidad ,tengo
miedo. ¿Y si algo falla?.
Tengo que centrarme en la misión, veamos: descenso según lo
programado, altitud 640 kilómetros, debo de estar en lo que en la atmosfera de
la tierra sería la Ionosfera, fuera la gravedad ya debe de ser como en nuestro
planeta, el reloj me dice que allí son las cinco de la tarde; mi hijo estará
saliendo ahora de la escuela....
Tengo que tomar las pastillas, es el momento, pronto estaré
sobre la superficie de Keppler 22b; yo solo; el resto de la humanidad al otro
lado del televisor....
ochenta kilómetros a la superficie, las medidas de oxigeno
son normales, los datos enviados por las sondas son correctos, todo normal, la
nave sigue descendiendo y la adrenalina secretada por mis glándulas
suprarrenales aumenta exponencialmente ,ritmo cardiaco en aumento, sudor frio;:
cuarenta y cinco kilometros. Dios no me abandones ahora!!
Maniobra de acercamiento
frenado de motores propulsores, motores antigravitatórios potencia mínimas ,tomando suelo en Keppler 22b, la maniobra ha
sido un éxito!!!
Cinco minutos despué s la radio rompe el inmenso silencio y
mis pensamientos:
Atención capsula "Leonardo Da Vinci XXII", ¿estás
bien?, hemos perdido la comunicación, adelante Roberto contesta por favor.
Roberto ¿Va todo bien?.
-Si, si va todo bien. Estoy preparando el equipo para el
paseo planetario .Solo un problema, no funciona la cámara que tengo adosada al traje por lo que tendré
que utilizar una de mano; esto me
restará movilidad pero será un pequeño contratiempo sin importancia.
En este momento vienen a mi cabeza Laura y el pequeño, tengo
ganas de dar un paseo con mi familia por el parque de jugar al basket con Jon, de hacerle el
amor a mi mujer.
-Bien todo está listo; tengo el traje de tránsito ajustado,
la primera comprobación será ver si la calidad atmósfera me permite respirar
sin su ayuda. Acciono el pulsador de apertura de la puerta principal. Ha
llegado el momento!!
Ahora pienso en la gente que estará viendo la tele y en lo orgullosos
que deben de sentirse los míos. Mi Padre ha vivido para contarlo. Seré el primer astronauta que clava
en un planeta la bandera de las Naciones Unidas.
La puerta está completamente abierta. Ante mi se muestra un
cielo azul con tonos rojizos como un bello atardecer en la tierra .Me dispongo
a poner el pie en keppler 22b.....
-Otro gran paso para la humanidad!!!!
-Me dispongo a dar el primer.....Oh Dios mio que es
eso!?!?...piiiiiii
-Atención keppler22b, hemos perdido la comunicación tanto de
audio como de vídeo;¿qué ha pasado?
-Atención Roberto Gómez ¿nos recibe?.No hay respuesta ,el
protocolo marca mandar mensaje de intento de comunicación cada dos minuto
durante veinticuatro horas, si no hay respuesta avisar a la familia.
Del alma al papel
Sucede amigos míos en el
reino de Edrielle, allá donde siempre sopla el viento de naciente, desde
tiempos inmemoriales que de tarde en tarde las musas que huelgan en sus calas
de finísima arena blanca son tocadas por un rayo de sol y cuentan que es así
como brota la maravilla del alma del poeta.
Pero este maravilloso y lejano lugar no siempre fue accesible a los hombres, seguidamente os contaré la historia del pionero.
En uno de aquellos días ya olvidados y polvorientos como libros amontonados en estanterías de una vieja librería, hallábase sentado bajo un viejo sicomoro un joven de nombre Jorge. Y miraba Jorge titilar a una estrella que colgaba del manto del cielo nocturno de aquel su lugar. Y pensaba Jorge que palpitaba el lucero como lo hacía su corazón henchido del amor de aquella la que era su hermosa compañera y que brillaba la perla del firmamento como ahora brillaba su alma.
Pero este maravilloso y lejano lugar no siempre fue accesible a los hombres, seguidamente os contaré la historia del pionero.
En uno de aquellos días ya olvidados y polvorientos como libros amontonados en estanterías de una vieja librería, hallábase sentado bajo un viejo sicomoro un joven de nombre Jorge. Y miraba Jorge titilar a una estrella que colgaba del manto del cielo nocturno de aquel su lugar. Y pensaba Jorge que palpitaba el lucero como lo hacía su corazón henchido del amor de aquella la que era su hermosa compañera y que brillaba la perla del firmamento como ahora brillaba su alma.
Y sucedió que sobrevoló aquel lugar un hermoso ave fénix y sucedió que dejó
caer una de sus bellas plumas , que esta
fue a parar junto a Jorge, y tomóla el
muchacho y practicose con un cuchillo que usaba para tallar el boj, un tajo en
la palma de la mano y con la punta de la pluma mojada en su propia sangre sobre
una piedra, dio rienda suelta Jorge a lo que le dictaba su corazón.
Y fue así como nuestro joven Jorge, que luego fue cazador de dragones, dio a
luz al primer poema.
Y yo que soy muy viejo así lo puedo atestiguar...
En el centro del universo
Tras aquella puerta de madera negra maciza se hallaba el
salón del Gran Reloj donde cada año dura un día. Por fin mi alma aventurera urgida por la gran guerra a nivel interplanetario se hallaba en la
antesala del centro del tiempo, el alma de todo conocimiento con sus 300
millones de libros según cuentan las crónicas, era cuestión de girar aquel pomo
dorado , allí se me había encomendado entregar la tablilla del tiempo parte del
trío del equilibrio eterno del universo.
Un fino haz de luz
atravesaba la puerta entreabierta, del
interior se filtraba una sutil música de
reloj, tic tac, tic tac…. Había viajado a través del universo en una odisea que me trajo hasta aquí. ¡Tan lejos de casa!, ¿Cómo me
embarqué en ella? , apenas lo recuerdo….Miré otra vez aquella robusta puerta,
debía medir al menos tres metros de alto y dos y medio de ancho y me dije:
-¡Ya!, posé la mano sobre el pomo tallado finamente y la puerta comenzó
a abrirse sin necesidad de ejercer fuerza alguna sobre ella. Se descubrió entonces ante mí una maravillosa habitación
sin paredes y un suelo embaldosado de damero.
Miles de libros colgaban del ¿cielo?; bueno podríamos así decirlo…
-Elije uno- dijo una voz proveniente del frente de la
habitación.-Pronuncia el nombre de tu libro favorito. -Era un ser parecido a un
gnomo pero yo siempre había pensado que los gnomos eran producto de la
imaginación humana. Estaba sentado en un escritorio de madera noble frente a mí
-“El principito” de Antoine de saint Exupery , dije e
inmediatamente de entre las nubes de libros salió y se posó en mi mano un bonito ejemplar de
dicha obra, “con ilustraciones del autor “ ponía en la cubierta, pero no eran
las que yo conocía.
- Las hizo el maestro
después de “desaparecer” con su avioneta; hoy es parte de nuestro Senado. Por cierto mi nombre es G-armand y sí, soy un gnomo .Se bienvenido
Salón del Gran Reloj. Atravesaste el
“horizonte de sucesos”, estuviste en Kepler y Astra, recogiste la tablilla del
tiempo, parte del trío espacio,
conocimiento, tiempo que devolverá el equilibrio y la paz al gran universo.
Junto a él se hallaban dos seres que me costaría describir ,
uno de aspecto humanoide y rasgos anfibios en el rostro y el otro un androide
que no levantaba más de medio metro , un
solo brazo y que emitía sonidos metálicos.
Extrañamente le entendía a la
perfección.
-Este salón posee la virtud de la traducción infinita , yo
te estoy hablando en G’hez, mi lengua
materna y tú me entiendes en la tuya; no hay otro lugar en el universo donde
esto suceda.
-Ellos son Darmond – dijo señalando al humanoide, proviene de Uth y rescató la tablilla del espacio en la ínsula de Dordoka , tuvo que
atravesar la tundra de Loos y el paramo
de la estrella muerta en la
constelación del cisne .El robot es 342htj y su morada esta en el subsuelo de
Arneb, un planeta dominado por lo que vosotros conocisteis como dinosaurios. El
rescató en Alpha lobo la tablilla del conocimiento. Ahora juntaremos las tres para restablecer el
equilibrio, para traer la paz .Seguidme!
Se levantó del escritorio y nos hizo un gesto solemne para que le siguiéramos. Paseamos por aquel
damero bajo el techo de cielo azul ,
nubes blancas y libros flotantes,
bajamos trece escaleras también de
damero y llegamos a un patio interior en cuyo centro reinaba una hermosa fuente con aguas color esmeralda que brotaban
de la boca de siete leones de lo que podría
ser mármol . En el centro de la fuente
tres marcos tallados del tamaño de las tres tablillas.
Sentí el peso de miles de estrellas sobre mis hombros,
y que millones de ojos y otros ingenios para ver me estarían
observando.
-Y ahora ¿Qué debemos de hacer? . pregunté
nervioso.
-Colocareis las tablillas por el orden establecido: Espacio,
conocimiento y tiempo. El año que viene
tal vez el equilibrio y la paz vuelvan a
nuestras vidas y la armonía entre especies
y androides nos guie como siempre durante milenios. Proceded!!
Darmond colocó su tablilla y acto seguido del mismo modo
procedió 342htj; era mi turno. Me arrodillé y pensando en los amigos que esta
absurda guerra me había arrebatado inserté la tablilla junto a las otras dos.
Una inmensa luz me cubrió por completo,
estoy en el patio de mi casa, gotas de lluvia sobre mi cabeza
El calcetin rojo
Se pasó una hora buscando el calcetín rojo; el inspector Lestrad y su fiel escudero el agente Markus Bell habían llegado tarde. El cadáver del joven empresario Dylan Burne yacía inerte y desnudo en su propia cama, su pene erecto y un tiro en la frente; entre las ropas desperdigadas por la estancia faltaba el dichoso calcetín.
Digo que llegaron tarde porque oyeron dos disparos cuando se disponían a entrar en la casa, el asesino había tenido poco tiempo para desaparecer de la escena del crimen.
-Fue una mujer, una mujer atractiva-Dijo Lestrad.
-¿Lo dice usted por la desnudez y la erección?
-No, por eso no; desconozco la identidad sexual del señor Burne, que los tiempos están cambiando mucho últimamente…. En realidad lo he deducido por el hecho de que en la mesita de noche hay unos pendientes. Todo hace indicar que lo sedujo con sus encantos y lo convenció para venir hasta aquí. Está toda su ropa pero no encuentro uno de los calcetines, un calcetín rojo, en ese calcetín está la clave, o quizás no….
-¿Yo lo he soñado o cuando llegamos se oyeron dos disparos?, el señor Burne solo tiene uno, esto es muy sospechoso.
-Bien observado Markus, te diré que la pistola está bajo la cama; el segundo disparo sonó cuando echamos la puerta abajo gritando que somos policias, el señor Burne ya estaba muerto y la asesina se asustó, se le cayó el arma al suelo rebotando justo aquí. -en el suelo de madera de la habitación había una marca de un golpe violento-. Al golpearse contra el suelo la pistola se disparó y cayó debajo de la cama.
Para cuando Lestrad había terminado su exposición el agente Bell ya había recuperado un revolver colt 45 de debajo de la cama y comprobado que en el rodapié había alojada una segunda bala, las dos que faltaban en el tambor del arma.
-En cuanto al paradero de la asesina-Dijo Lestrad volviéndose hacia el armario que había a sus espaldas, justo frente a la cama donde reposaba el cadáver y abriendo sus puertas de par en par- Yo diría que se esconde aquí.
Efectivamente, dentro del armario había una bella joven completamente desnuda con un calcetín rojo en la mano.
Hay que decir en honor a la verdad y que me perdone el inspector Lestrad por contar sus intimidades; que su primer pensamiento, (y el de Bell seguramente también), fue de admiración por aquella piel tersa, aquellos pechos firmes y la larga cabellera negra y ondulada, no obstante ambos en muestra de su extraordinaria profesionalidad pronto volvieron a poner los pies en el suelo y continuaron a lo que estaban.
-Eau de cologne Imperial, Fancoise Pascal Gerlain; el aroma a cítricos, bergamota y cedrón sobresale incluso por encima del vulgar olor a sangre, tanto refinamiento te ha delatado. Eso y tu respiración.
Podemos decir que fue bastante embarazoso vestirla con un albornoz del muerto antes de esposarla, una vez ya cubierta y antes de que los guardias Riverside y Tenant la condujeran a la comisaria de Green, Lestrad quiso preguntar arrebatándole el calcetín rojo:
-¿Qué hay tan importante en este calcetín que valga la vida de uno de los hombres más importantes de Inglaterra?
-Ese calcetín vale millones de Libras-Dijo ella- pero descubra usted que es tan listo el porqué.
Allí se quedó Lestrad observando el calcetín y Bell observando a Lestrad.
-¡Oh Dios mío, como no me di cuenta antes!, ¡sígame Markus!
Fueron a la cocina y Lestrad cogió un puchero pidiendo amablemente a Bell que mezclara en el agua con sal e introdujo en la mezcla el dichoso calcetín que en pocos minutos cambió el rojo-color que pasó a teñir el liquido elemento-, por el blanco.
-Vóila! Dijo Lestrad visiblemente contento y pescando el calcetín con un tenedor que había por allí.
Cuando se hubo secado el misterio terminó de resolverse, se dejó ver en el tobillo de la dichosa media impresionada en tinta invisible una compleja formula matemática.
-He aquí la clave del misterio, no sabemos qué significa pero si su valor; un dineral y la vida del señor Dylan Burne.
-Una pregunta-cuestionó Markus Bell-¿Cómo se dio usted cuenta de que el calcetín estaba teñido de escarlata?
-Mi querido y admirado amigo Bell, observé las yemas de los dedos de nuestra asesina manchados del mismo color que el calcetín y supuse que era producto del sudor de esta así que decidí fabricar una solución salina que se asemejase al la transpiración humana y el experimento funcionó. Lo de la tinta invisible fue un golpe de suerte, se le llama serendipia, amigo Bell.
-Fue una mujer, una mujer atractiva-Dijo Lestrad.
-¿Lo dice usted por la desnudez y la erección?
-No, por eso no; desconozco la identidad sexual del señor Burne, que los tiempos están cambiando mucho últimamente…. En realidad lo he deducido por el hecho de que en la mesita de noche hay unos pendientes. Todo hace indicar que lo sedujo con sus encantos y lo convenció para venir hasta aquí. Está toda su ropa pero no encuentro uno de los calcetines, un calcetín rojo, en ese calcetín está la clave, o quizás no….
-¿Yo lo he soñado o cuando llegamos se oyeron dos disparos?, el señor Burne solo tiene uno, esto es muy sospechoso.
-Bien observado Markus, te diré que la pistola está bajo la cama; el segundo disparo sonó cuando echamos la puerta abajo gritando que somos policias, el señor Burne ya estaba muerto y la asesina se asustó, se le cayó el arma al suelo rebotando justo aquí. -en el suelo de madera de la habitación había una marca de un golpe violento-. Al golpearse contra el suelo la pistola se disparó y cayó debajo de la cama.
Para cuando Lestrad había terminado su exposición el agente Bell ya había recuperado un revolver colt 45 de debajo de la cama y comprobado que en el rodapié había alojada una segunda bala, las dos que faltaban en el tambor del arma.
-En cuanto al paradero de la asesina-Dijo Lestrad volviéndose hacia el armario que había a sus espaldas, justo frente a la cama donde reposaba el cadáver y abriendo sus puertas de par en par- Yo diría que se esconde aquí.
Efectivamente, dentro del armario había una bella joven completamente desnuda con un calcetín rojo en la mano.
Hay que decir en honor a la verdad y que me perdone el inspector Lestrad por contar sus intimidades; que su primer pensamiento, (y el de Bell seguramente también), fue de admiración por aquella piel tersa, aquellos pechos firmes y la larga cabellera negra y ondulada, no obstante ambos en muestra de su extraordinaria profesionalidad pronto volvieron a poner los pies en el suelo y continuaron a lo que estaban.
-Eau de cologne Imperial, Fancoise Pascal Gerlain; el aroma a cítricos, bergamota y cedrón sobresale incluso por encima del vulgar olor a sangre, tanto refinamiento te ha delatado. Eso y tu respiración.
Podemos decir que fue bastante embarazoso vestirla con un albornoz del muerto antes de esposarla, una vez ya cubierta y antes de que los guardias Riverside y Tenant la condujeran a la comisaria de Green, Lestrad quiso preguntar arrebatándole el calcetín rojo:
-¿Qué hay tan importante en este calcetín que valga la vida de uno de los hombres más importantes de Inglaterra?
-Ese calcetín vale millones de Libras-Dijo ella- pero descubra usted que es tan listo el porqué.
Allí se quedó Lestrad observando el calcetín y Bell observando a Lestrad.
-¡Oh Dios mío, como no me di cuenta antes!, ¡sígame Markus!
Fueron a la cocina y Lestrad cogió un puchero pidiendo amablemente a Bell que mezclara en el agua con sal e introdujo en la mezcla el dichoso calcetín que en pocos minutos cambió el rojo-color que pasó a teñir el liquido elemento-, por el blanco.
-Vóila! Dijo Lestrad visiblemente contento y pescando el calcetín con un tenedor que había por allí.
Cuando se hubo secado el misterio terminó de resolverse, se dejó ver en el tobillo de la dichosa media impresionada en tinta invisible una compleja formula matemática.
-He aquí la clave del misterio, no sabemos qué significa pero si su valor; un dineral y la vida del señor Dylan Burne.
-Una pregunta-cuestionó Markus Bell-¿Cómo se dio usted cuenta de que el calcetín estaba teñido de escarlata?
-Mi querido y admirado amigo Bell, observé las yemas de los dedos de nuestra asesina manchados del mismo color que el calcetín y supuse que era producto del sudor de esta así que decidí fabricar una solución salina que se asemejase al la transpiración humana y el experimento funcionó. Lo de la tinta invisible fue un golpe de suerte, se le llama serendipia, amigo Bell.
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